Cuando se creó The Lyx Institution, la mayoría de sus miembros tenían el deseo, no sólo de desarrollar una urología de vanguardia, si no también, poder acercar los tratamientos urológicos a países, y sobre todo a personas, con escasas posibilidades para acceder a ellos.
Este deseo se ha convertido en realidad en este año que finaliza. Cuatro de nuestros expertos, El Dr. Juan Ignacio Martínez-Salamanca, el Dr. Diego Rengifo, El Dr. Claudio Martínez-Ballesteros y el Dr. Carlos Balmori se desplazaron a la ciudad de Dschang en Camerún para realizar su primera misión de cooperación internacional. Les acompañaron el Dr. Carlos Dexeus y el Dr. Eduardo Llamazares, especialistas en Anestesia y Reanimación.
Desde la ONG Misiones Médicas España, Reyes Altemir, nos habló de la necesidad de elaborar una campaña urológica en el Hospital St. Vicent de Paul de la Hijas de la Caridad en Dschang (Misón católica Sacré Coeur) ya que nunca se habían ofertado ni en este ni otros hospitales de la ciudad asistencia de este tipo.
El Hospital comenzó como orfanato en 1970, a su lado había un pequeño dispensario donde se atendía a pacientes que pagaban los medicamentos con la madera o comida que llevaban. Tras cerrar el orfanato en 1979, el centro se convirtió, en 1983, en una maternidad y posteriormente en 1989 se creo el hospital. En 2002, el hospital fue oficialmente reconocido por el Ministerio de Salud.
Nuestros especialistas partieron el sábado 7 de diciembre, con toda la ilusión de poder ayudar el máximo posible y con las maletas cargadas de material quirúrgico, ecógrafos, cistoscopios, Ruti-LightÒ, sondas y un largo etcétera de material fungible.
Como muchas cosas que empiezan, los comienzos no son fáciles. Su primer contratiempo fue no recibir todo el equipaje hasta la mitad de la semana. Después, fue comprobar los precarios medios de los que disponían para realizar cirugías. Muchas de ellas, que en un país desarrollado serían muy sencillas y con escasos riesgos, allí se convierten en un reto de habilidad quirúrgica para minimizar los riesgos y de inventiva para crear instrumentos útiles para nuestros pacientes en el postoperatorio. Por ejemplo, los sueros lavadores se realizaban desde un bidón de agua de 5 litros con una goma acoplada.
A pesar de las dificultades, nuestros especialistas han realizado casi 100 consultas y más de 20 cirugías, muchas de ellas de gran complejidad. Pudieron abordar fístulas vesicovaginales, prostatectomías radicales, cistoprostatectomías, uretroplastias, adenomectomías, estenosis de la unión pieloureteral, todo ello en adultos. También cirugía de criptorquidia e hipospadias en niños.
Ha sido una experiencia dura pero tan gratificante que nuestro equipo ya está pensando en nuevas campañas. Esperamos que todos los que han colaborado con nosotros continúen ahí y, además, sumar nuevos miembros a este proyecto para lograr una continuidad asistencial en donde es tan necesario.