El concepto ‘vigilancia activa‘ va, poco a poco, cobrando más y más fuerza como una alternativa al tratamiento del cáncer de próstata. La detección precoz de este tipo de cáncer permite mantener controlado mediante revisiones periódicas al paciente que presente un tumor leve, en lugar de someterle a una terapia agresiva. ¿El objetivo? Asegurarle una mejor calidad de vida.
Hay que tener muy presente que no todos los pacientes diagnosticados con cáncer de próstata son candidatos a la vigilancia activa. Este programa puede llevarse a poco en aquellos pacientes con más de 10 años de expectativa de vida, que presenten un resultado de la biopsia con un bajo porcentaje de afectación por el tumor, cuyos niveles de PSA no rebasen el 10 y con una puntuación de Gleason de máximo 6 sobre 10.
Consecuencias evitables de cada terapia
Dependiendo del tipo de tratamiento utilizado para combatir el cáncer, pueden darse distintas complicaciones. Complicaciones que pueden ser evitadas (al menos durante unos años) escogiendo un programa de vigilancia activa. En el caso de la prostatectomía radical, es decir, de la extracción de la glándula prostática, las consecuencias suelen aparecer pasados 30 días de la intervención e incluyen la mortalidad postoperatoria (poco frecuente), disfunción eréctil e incontinencia urinaria.
En el caso de terapias menos agresivas, como la radioterapia, se suelen presentar síntomas urinarios (irritación e incontinencia) y ciertos trastornos intestinales. Además, también puede darse impotencia sexual.
Por otro lado, aquellos pacientes que optan por la vigilancia activa, desarrollarán disfunción eréctil y problemas urinarios en la misma proporción que cualquier otro varón de su edad que no padezca cáncer de próstata. De esta forma, durante los años que se retrasa el tratamiento, el paciente puede mantener una mejor calidad de vida.
Si finalmente es necesario, el paciente puede iniciar un tratamiento
Uno de los principales obstáculos a los que se enfrenta la aceptación de la vigilancia activa es la preocupación del paciente por la evolución de la enfermedad a largo plazo. No obstante, hay que tener presente que, ante cualquier indicio de progresión de la enfermedad, el paciente podría ser rápidamente tratado, ya que se le somete a un estricto control.
A la hora de iniciar un tratamiento de cáncer de próstata, es muy importante optar a un procedimiento mínimamente invasivo que evite al máximo los efectos secundarios para el paciente. La terapia focal con Focalyx TX (crioterapia, HIFU…) persigue este objetivo, de forma que sea posible preservar la calidad de vida del paciente.
En nuestros centros de Urología ofrecemos este tipo de tratamiento para el cáncer de próstata. Si necesitas más información no dudes en ponerte en contacto con nosotros.