A la hora de detectar el cáncer de próstata lo primero que se hace es la prueba sanguínea del antígeno prostático específico (PSA) y el tacto rectal. Sin embargo, si existen indicios de cáncer de próstata en dichas pruebas o si el paciente presenta síntomas de tal patología, el diagnóstico definitivo del cáncer de próstata se puede llevar a cabo gracias a una biopsia prostática.
Una biopsia es una prueba que consiste en extraer pequeñas muestras de la próstata y examinarlas al microscopio. Hasta ahora la biopsia por punción con aguja gruesa ha sido el principal método usado en el diagnóstico del cáncer de próstata. Sin embargo, FOCALYX® Bx garantiza el diagnóstico más preciso del cáncer de próstata gracias a la biopsia de fusión, que combina las imágenes extraídas de la resonancia magnética multiparamétrica con las obtenidas en directo gracias a una ecografía. De esta manera, se logra trazar un mapa de 360º de la próstata que nos permite identificar los puntos exactos en los que practicar la biopsia al paciente.
Ventajas de este procedimiento:
La principal ventaja de este procedimiento es la localización exacta y con mayor certeza de un tumor agresivo. De hecho, el Instituto Nacional del Cáncer de EE.UU. analizó a 1.003 varones con sospecha de cáncer de próstata a los que se le efectuaron ambas pruebas: la biopsia tradicional y la de fusión. Los resultados del estudio fueron concluyentes: la localización de tumores agresivos fue un 30% mayor con la biopsia de fusión.
¿Cómo funciona la biopsia de fusión?
La fusión es un proceso que combina las imágenes extraídas de la resonancia magnética multiparamétrica con las obtenidas en directo gracias a una ecografía de la próstata.
Se introduce el contorno de la próstata en un sistema informático para llevar a cabo la superposición de ambas siluetas, la obtenida a través de la resonancia magnética nuclear y la de la ecografía.
El resultado es una imagen 3D de gran exactitud de la glándula del paciente, en la que es posible localizar a modo de GPS las lesiones sospechosas con una gran precisión.
El proceso consta de cinco pasos, que pueden resumirse en:
- Sospecha razonable de que el paciente puede padecer un cáncer de próstata, basado en datos clínicos (elevación de PSA, tacto rectal sospechoso, antecedentes familiares de cáncer de próstata, etc.)
- Realización de la resonancia magnética multiparamétrica(FOCALYX® Dx) tras una consulta con el urólogo. Si en este estudio se detectan lesión o lesiones sospechosas, se debe ofrecer al paciente la realización de una biopsia prostática guiada por fusión.
- Planificación del procedimiento.Nuestro equipo urólogo/radiólogo evalúa las imágenes e identifica el área de interés o zona sospechoso de tumor. A través de un sistema informático se logra la superposición de las siluetas (resonancia magnética y ecografía).
Esto se conoce como registro de imágenes y superpone la imagen ecográfica obtenida “en vivo”, a la imagen de RM estática, obtenida previamente. El resultado es una imagen sintética en 3D de la glándula del paciente capaz de localizar a modo de GPS las lesiones sospechosas, con una variación menor a 2mm.
- Bajo sedación, para que el paciente no sufra ninguna molestia, se realiza labiopsia por vía perineal de las áreas sospechosas, y/o de las diferentes regiones anatómicas prostáticas, dependiendo en cada caso.
- El tejido se envía para análisis anatomopatológicoy unos días después se conoce su resultado, para plantear una estrategia de tratamiento, de mutuo acuerdo con el paciente.