
Diversos procesos como la edad, los partos, cirugías, dermatosis, pueden producir un deterioro de los genitales femeninos que pueden afectar a su morfología y, mucho más importante, a su funcionalidad, influyendo en la mayoría de los casos en la salud sexual de la mujer.
Las técnicas que podemos realizar sobre los genitales femeninos pueden ser quirúrgicas y no quirúrgicas:
Técnicas quirúrgicas:
Vaginoplastia: Se actúa quirúrgicamente sobre la vagina en aquellos casos en los que encontramos prolapsos de vejiga, cuello de útero o recto. En algunos casos se corrigen también problemas de incontinencia urinaria o fecal.
Labioplastia: Tratamiento quirúrgico de las alteraciones de los labios mayores o menores como son las hipertrofias, atrofias, cicatrices, o lesiones dérmicas.
Hoodoplastia: Remodelación del capuchón del clítoris en aquellos casos que presenten piel muy redundante que limite la exposición de este órgano provocando disminución de la capacidad de conseguir orgasmos.
Tratamientos no quirúrgicos:
Tratamiento del síndrome genitourinario de la menopausia: Los problemas de sequedad vaginal, escozor, incontinencia leve por atrofia vaginal responden en un gran numero de pacientes con combinaciones de tratamientos tópicos externos (cremas) o internos (fillers o rellenos) y uso de láseres vaginales.
Tratamiento de la hiperlaxitud vaginal: Algunas mujeres refieren sensación de vagina ancha, que les produce disminución de sensaciones en las relaciones sexuales. Ocurre sobre todo tras los partos o con la edad. La recuperación de tono de la pared vaginal se puede lograr de manera sencilla mediante unas tres sesiones de láser vaginal.
Alteraciones de la pigmentación genital y anal: Los cambios hormonales, la edad, cicatrices, en ocasiones producen oscurecimiento excesivo de los labios de la vulva o la zona perineal. Algunas mujeres prefieren armonizar el tono de la piel de esta zona por preferencia personal o para poder usar determinada ropa interior o trajes de baño.
