La Incontinencia Urinaria (IU) se define como la pérdida involuntaria de la orina a través de la uretra, objetivamente demostrable y que constituye un problema higiénico y social.
No es una enfermedad, sino más bien un síntoma que puede deberse a una amplia variedad de enfermedades. La incontinencia puede ser causada por diabetes, accidente cerebrovascular, esclerosis múltiple, enfermedad de Parkinson, algunas cirugías o incluso durante la maternidad. Si bien es más habitual en mujeres mayores de 60 años, puede ocurrir a cualquier edad.
La mayoría de los profesionales de los servicios sanitarios clasifican la incontinencia por los síntomas o circunstancias en las que ocurre. En la población normal, la incidencia de incontinencia en las mujeres de más de 65 años es de más del 25%, en comparación con alrededor del 15% en los hombres.
A este problema también puede sumarse la existencia de prolapsos o celes por insuficiencia del soporte muscular. Entre ellos destacan Prolapsos de Vejiga (Cistoceles), Prolapsos Uterinos, Prolapsos Rectales (Rectoceles) que pueden agravar o enmascarar la IU. Pueden producir molestias abdominales, infecciones urinarias, dificultar las relaciones sexuales, en resumen alterar la calidad de vida.
Ofrecemos las siguientes opciones terapeúticas en esta área:
-
- Exploración física y métodos diagnósticos (Estudios Urodinámicos, Cistografía, Diario miccional, etc).
- Rehabilitación del Suelo Pélvico:
- Fisioterapia del Suelo Pélvico (Pre y Postparto).
- Reeducación vesical y modificación de los hábitos miccionales.
- Biofeed-Back
- Electroestimulación.
-
- Tratamiento farmacológico (Nuevos fármacos).
- Tratamiento quirúrgico:
- Cintas suburetrales libres de tensión, retropúbicas o transobturadoras, fijas y reajustables
- Cirugía Vaginal del Prolapso Pélvico con utilización de mallas biocompatibles
- Cirugía por Vía Robótica de Prolapso Completo (Colposacropexia laparoscópica)
- Sustancias inyectables uretrales
¿Cuáles son los diferentes tipos de incontinencia urinaria?
Incontinencia de esfuerzo
La incontinencia urinaria por esfuerzo es la causa más común de pérdida de orina. Ocurre cuando se pierde orina durante actividades como caminar, hacer ejercicios aeróbicos o incluso estornudar y toser. La mayor presión abdominal asociada con estos eventos hace que la orina se escape. Los músculos del suelo pélvico, que dan soporte a la vejiga y a la uretra, pueden estar debilitados, y de esta manera impiden que los músculos del esfínter funcionen correctamente.
Esto también puede ocurrir si los músculos del esfínter en sí están debilitados o dañados a causa de traumatismos quirúrgicos o de partos previos. Las mujeres en la menopausia también pueden sufrir pérdida de orina como resultado de los menores niveles de estrógenos. En los hombres, la causa más común de incontinencia son los procedimientos quirúrgicos en la próstata.
Incontinencia de urgencia
También conocida como “vejiga hiperactiva”, la incontinencia de urgencia es otra forma de pérdida de orina. Puede ocurrir cuando una persona tiene una urgencia incontrolable por orinar pero no puede llegar al baño a tiempo y como consecuencia sufre la pérdida de orina.
La vejiga hiperactiva también se asocia con accidentes cerebrovasculares, esclerosis múltiple y lesiones en la médula espinal.
Incontinencia por rebosamiento
Este tipo de incontinencia ocurre cuando la vejiga está llena y no puede vaciarse, lo que produce la pérdida de orina. Los síntomas son las micciones pequeñas y frecuentes y el goteo constante. Este tipo de incontinencia no es común en mujeres, y es más común en hombres que han sido sometidos a alguna cirugía o que tienen problemas de próstata.
Incontinencia mixta
La incontinencia mixta se refiere a la combinación de más de un tipo de incontinencia, comúnmente incontinencia de esfuerzo e incontinencia de urgencia.
¿Cómo se hace el diagnóstico?
Al igual que con cualquier otro problema clínico, es muy importante la confección de una buena historia clínica y del examen físico. El urólogo hará preguntas acerca de los hábitos individuales y de la ingesta de líquidos, así como acerca de los antecedentes clínicos, quirúrgicos y familiares. Se hará un examen de pelvis exhaustivo en busca de motivos corregibles de la pérdida de orina.Normalmente en la primera evaluación se hará un análisis de orina y una prueba de estrés provocando la tos. Si alguno de los hallazgos sugiere que puede ser necesaria una evaluación más detallada, se puede recomendar la realización de otros estudios como una cistoscopia o incluso un estudio Urodinámico. Estos estudios que se realizan de manera ambulatoria normalmente se hacen mediante la inserción de una pequeña sonda en la vejiga a través de la uretra y a veces también con una pequeña sonda rectal.
¿Cuáles son algunas de las opciones de tratamiento para cada tipo de incontinencia?
En la mayoría de los casos de incontinencia se indica un tratamiento mínimamente invasivo (manejo de los líquidos, entrenamiento de la vejiga, ejercicios de los músculos del piso de la pelvis y medicamentos).Sin embargo, si esto fracasa puede ser necesario un tratamiento quirúrgico.
Tratamiento mínimamente invasivo de la Incontinencia Urinaria
Algunas de las causas de incontinencia son transitorias y pueden revertirse fácilmente.
Las causas reversibles incluyen a la infección del tracto urinario, la irritación o infección vaginal, el uso de ciertas medicaciones, el estreñimiento y la movilidad limitada.
No obstante, en algunos casos hace falta una mayor intervención médica. Las opciones de tratamiento mínimamente invasivo son aquellas que no recurren a la cirugía y deben ser la primera línea de tratamiento para los pacientes. Sin embargo, pueden usarse también en combinación con el tratamiento quirúrgico.
- Control de líquidos: Esta opción consiste en indicar al paciente que aumente o reduzca la ingesta de líquidos. Los pacientes con incontinencia pueden necesitar reducir la cantidad de cafeína u otros irritantes de la dieta.
- Entrenamiento vesical: El entrenamiento de la vejiga comienza con un diario miccional. Se indica a los pacientes que registren la ingesta de líquidos, las horas de micción y cuándo ocurren los accidentes urinarios. El objetivo del entrenamiento es aumentar la cantidad de orina que el paciente puede retener en la vejiga.
- Ejercicios de suelo pélvico: También se los conoce como ejercicios de Kegel. Este tipo de tratamiento mínimamente invasivo se enfoca en el fortalecimiento del músculo del esfínter externo y de los músculos pélvicos. Los pacientes que pueden contraer y relajar los músculos del suelo pélvico pueden mejorar la fuerza de los mismos haciendo los ejercicios con regularidad. Otros pacientes necesitan ayuda de un profesional para aprender cómo contraer esos músculos. Es posible utilizar la biorretroalimentación y la estimulación eléctrica para ayudar a estos pacientes a hacer los ejercicios del suelo pélvico.
- Tratamiento con medicamentos (antimuscarínicos).
Tratamiento Quirúrgico de la Incontinencia Urinaria
Cuando los síntomas son más graves y las medidas conservadoras no ayudan, el tratamiento es la cirugía.
Existe la cirugía abdominal (suspensión de Burch) en la que los tejidos vaginales se fijan al hueso del pubis. Los resultados a largo plazo son buenos, pero la cirugía requiere un mayor tiempo de recuperación. La cirugía más común y la más popular para la incontinencia de esfuerzo es el procedimiento del cabestrillo. En esta operación se aplica una cinta de tejido debajo de la uretra para proporcionar compresión y mejorar el cierre de la uretra. La operación es mínimamente invasiva y los pacientes se recuperan con mucha rapidez.
El objetivo de cualquier tratamiento para la incontinencia es mejorar la calidad de vida del paciente. En la mayoría de los casos es posible lograr grandes mejoras e incluso la curación de los síntomas. El tratamiento médico normalmente es eficaz. De manera similar, los grandes aumentos de peso y las actividades que promueven el esfuerzo abdominal ponen a prueba cualquier reparación que se haya logrado y no es probable que resista el paso del tiempo.
El tratamiento médico de la vejiga hiperactiva (urgencia e incontinencia por necesidad urgente de orinar) puede ser muy exitoso, pero hay factores que pueden afectar negativamente la eficacia del tratamiento, por ejemplo una cirugía previa, la falta de hormonas, las enfermedades neurológicas y la edad. Hay complicaciones leves a causa del tratamiento con medicamentos, que incluyen el estreñimiento y la sequedad de boca, que algunos pacientes no pueden tolerar.
La cirugía para corregir la incontinencia urinaria (incontinencia de esfuerzo) en las mujeres es en general muy exitosa, pero es importante la elección del procedimiento adecuado. Muchas pacientes con incontinencia por estrés también presentan otras enfermedades como prolapso vesical, rectocele o prolapso uterino que deben tratarse al mismo tiempo.
El procedimiento de elección dependerá de varios factores, como la necesidad de cirugía abdominal para otras enfermedades, el grado de incontinencia, el grado de movilidad de la uretra y de la vejiga y la experiencia personal del cirujano. En casos simples de incontinencia por estrés con movilidad uretral leve a moderada, el procedimiento de elección es el cabestrillo.