Es una subespecialidad de la radiología que se enfoca en el diagnóstico y tratamiento de las alteraciones del sistema urinario empleando técnicas de imagen y procedimientos poco invasivos. Se utilizan diferentes técnicas de imagen como la ecografía, la tomografía computarizada (TC) y la resonancia magnética (RM) para guiar los distintos procedimientos terapéuticos realizados por radiólogos intervencionistas especializados.
Los tratamientos de urorradiología son importantes ya que ayudan a mejorar la calidad de vida de los pacientes con trastornos urológicos. En Lyx, centro de Urología en Madrid, estamos especializados en diversos tratamientos.
Uno de los procedimientos menos invasivos para el tratamiento de tumores renales, es la ablación percutánea. Este método emplea la tecnología de imagen para colocar con exactitud las agujas en el centro del tumor renal a tratar, ofreciendo así muy buenos resultados.
Estas agujas emplean distintos tipos de tecnología, lo que permite aplicar un foco de energía capaz de destruir de un modo controlado parte del volumen del tejido afectado, consiguiendo eliminar el tumor renal. Un tratamiento que cuenta con un alto nivel de evidencia científica.
Por otro lado, y en lo que corresponde a las tecnologías de ablación para tumores renales, las más utilizadas son la radiofrecuencia, microondas o láser, crioablación o crioterapia, y electroporación irreversible. Todas ellas son realizadas por un equipo de radiólogos intervencionistas y urólogos.
Esta técnica de urorradiología es una muy buena alternativa frente a la cirugía convencional y, además de una rápida recuperación, ofrece la posibilidad de preservar el riñón.
La electroporación renal irreversible es una técnica que destruye las células malignas a través de una serie de pulsaciones eléctricas cortas y de alta carga voltaica. Al carecer de un efecto térmico, este tratamiento está especialmente indicado para la ablación de tumores próximos a vasos sanguíneos principales y vías nerviosas.
Se ayuda de métodos como la ecografía o la tomografía computarizada y es una técnica poco agresiva y mínimamente invasiva. Eso sí, este tratamiento no es recomendable para aquellas personas que sufren de algún problema cardiaco, como arritmias, ya que puede provocar ciertas contracciones cardíacas.
La hiperplasia benigna de próstata se puede solucionar de un modo seguro gracias a la embolización prostática una técnica que emplea un equipo de rayos X de última generación. Una vez llegado al punto a tratar, se procede a inyectar microesferas de pequeño tamaño que actúan como agentes bloqueadoras del flujo sanguíneo hacia la próstata. Así, se logra disminuir el flujo sanguíneo, reduciendo la próstata de tamaño y facilitando la micción.
La embolización prostática, al no ser un procedimiento de cirugía convencional, ofrece una muy buena y rápida recuperación de los pacientes.
Este procedimiento de urorradiología posee muchos beneficios, entre los que destacan la preservación de la función sexual, la retirada de la sonda en la mayoría de los casos y, además, se puede realizar en pacientes que tengan contraindicada la cirugía.
El varicocele se produce por el agrandamiento de las pequeñas venas situadas en el escroto, conocidas como varices escrotales, que provocan dolor, hinchazón e incluso infertilidad.
Mediante la embolización de varicocele, una técnica que emplea la guía por imágenes, se consigue desviar el flujo sanguíneo, reduciendo la hinchazón y la presión dentro del testículo.
Las varices pélvicas se producen por una dilatación de las venas de drenaje en la zona de la pelvis y se suelen localizar alrededor del sistema reproductor femenino. La dilatación dificulta el flujo de la sangre, provocando ciertas molestias y problemas de salud.
El objetivo del tratamiento de embolización de congestión es redirigir ese flujo sanguíneo hacia venas sanas. Esta embolización la realiza un experto en radiología intervencionista, introduciendo un catéter guiado a través de rayos X y un líquido de contraste, hasta llegar a las venas de las pelvis dilatadas. Una vez localizadas, se colocan unos dispositivos llamados “coils” o espirales que realizan la función de tapón para detener el flujo de la sangre en las venas afectadas.
