El ganglio centinela en el cáncer de próstata

Cuando un cáncer progresa, lo más probable es que tienda a diseminarse a través de la sangre y de los vasos linfáticos.

El ganglio centinela es el primer ganglio linfático al que “atacan” las células tumorales en su proceso de diseminación. Imaginándonos una cadena con distintos eslabones, las células tumorales deben avanzar escalonadamente por los ganglios (eslabones) que contenga la cadena linfática para extenderse, siendo el centinela el primero de ellos.

El análisis de este ganglio aporta una información muy valiosa sobre el grado de diseminación del cáncer, por lo que suele extraerse mediante una biopsia con el fin de estudiarlo.

 

Biopsia del ganglio centinela

Una biopsia de ganglio linfático centinela es un proceso a través del cual se identifica, se extirpa y se examina el ganglio linfático centinela para averiguar si contiene células cancerosas.

Si el resultado es negativo y no se detecta presencia de células cancerosas, la conclusión es que el cáncer no se ha diseminado todavía a los ganglios linfáticos cercanos o a otros órganos (no olvidemos que el ganglio linfático es el punto de partida) y que, por tanto, no existe metástasis.

Un resultado positivo, sin embargo, indicaría que es posible que las células cancerosas se encuentren en otros ganglios linfáticos cercanos y, con gran probabilidad, en otros órganos.

Esta información ayuda al especialista a determinar el estadio del cáncer (cuánto se ha extendido por el organismo) y a decidir la mejor forma de tratamiento.

 

El ganglio centinela en el cáncer de próstata

Tradicionalmente, la biopsia de ganglio linfático centinela se ha utilizado para ayudar a determinar el estadio en el que se encuentran los cánceres de mama y de piel tipo melanoma. No obstante, en los últimos años este procedimiento se está utilizando con otros tipos de cánceres, como el cáncer de próstata.

Para ello, lo más habitual es inyectar una solución de verde de indocianina, un colorante biocompatible, para guiar la extracción de los ganglios linfáticos. Una vez analizados y determinado el grado de extensión del cáncer, el urólogo descartará o confirmará la existencia de metástasis y valorará qué intervención es la más adecuada para el paciente.